jueves, 29 de marzo de 2012

Amor y Locura


Cuentan que una vez se reunieron todos los sentimientos y cualidades del hombre. Cuando el aburrimiento bostezaba por tercera vez, la locura como siempre tan loca propuso: "Vamos a jugar al escondite". La intriga levantó el ceño extrañada y la curiosidad sin poder contenerse preguntó: ¿Al escondite? ¿Y eso cómo es? Es un juego, explicó la locura, en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde unos hasta un millón, mientras ustedes se esconden, y cuando haya terminado de contar, el primero de ustedes que yo encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego. El entusiasmo bailó secundado por la euforia y la alegría dio tantos saltos que terminó de convencer a la duda, e incluso a la apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar, la verdad prefirió no esconderse. ¿Para qué? Si al final siempre la hallaban, y la soberbia pensó que era un juego muy tonto, en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella, y la cobardía prefirió no arriesgarse. Uno, dos y tres, empezó a contar la locura.
La primera en esconderse fue la pereza que como siempre se dejó caer tras la primera piedra del camino. La fe subió al cielo y la envidia se encontró tras la sombra del triunfo, quien por su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La generosidad casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que encontraba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos, que si un lago cristalino para la belleza; que si la hendija de un árbol: perfecto para la timidez; que si el vuelo de una mariposa: lo mejor para la voluptuosidad, que si una ráfaga de viento: magnífico para la libertad, y así terminó en ocultarse en un rayito de sol. El egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo, pero solo para el. La mentira se escondió en el fondo de los océanos, mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris, y la pasión y el deseo en el cuarto de los volcanes. El olvido, se me olvidó donde se escondió, pero, eso, no es lo importante. Cuando la locura estaba contando 999.999, el amor aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo estaba ocupado, hasta que al fin divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores. Un millón!, contó la locura, y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la pereza solo a tres pasos de una piedra. Después se escuchó a la fe discutiendo con Dios sobre zoología y a la pasión y el deseo las sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a la envidia, y claro, pudo deducir donde estaba el triunfo. El egoísmo no tuvo ni que buscarlo, el solito salió de su escondite, resultó ser un nido de avispas. De tanto caminar, sintió sed y al acercarse al lago descubrió la belleza, y con la duda resultó todavía más fácil, la encontró sentada cerca sin decidir aun de que lado esconderse. Así fue encontrando a todos. El talento, entre la hierba fresca, a la angustia, en una oscura cueva, a la mentira, detrás del arco iris, mentira si estaba en el fondo de los océanos, y hasta encontró al olvido, ya se le había olvidado que estaba jugando a los escondidos. Pero solo el amor no aparecía por ningún sitio. La locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, en las cimas de las montañas, y cuando estaba por darse por vencido divisó un rosal, tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto, un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido los ojos del amor. La locura no sabía qué hacer para disculparse, lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo. Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a los escondidos en la tierra, el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña.


domingo, 18 de marzo de 2012

El primer amor.

No es la primera persona que te gustó, ni tampoco el primer novio. El primer amor es la primera persona por la cual sentiste cosas inimaginables, la primera persona por la cual harías cosas que jamás pensaste que harías, esa persona que amaste con locura, esa persona que te hizo feliz con una mirada, una sonrisa o con sola su presencia. Esa persona con la cual te imaginabas la vida entera; Justamente esa persona fue tu primer amor, el que nunca podrás olvidar, el que por mas que se separen, siempre, vas a amar.

Enfrente de la vieja televisión, con la mirada perdida

Vuelvo a sentarme enfrente de la vieja televisión, con la mirada perdida en la tarima. No puedo explicar lo que siento.
Cada vez que lo veo mis ojos tienen que reprimir las lágrimas, lágrimas de felicidad y enamoramiento. Mi boca esboza una ancha sonrisa, hasta el punto de hacerme daño en la mandíbula. El corazón palpita fuertemente dentro de mi pecho, a punto del infarto. ¿Cuándo dejará de pasarme eso?
Creo que nunca. Mi vida ha sufrido un gran cambio con él. Parece que ahora soy más feliz, he encaminado mi vida hasta un equilibrio perfecto. Sigo equivocándome en muchas cosas, pero cuando antes me enfadaba conmigo misma por hacerlo mal, ahora me río.
Una parte de mi mente, además del subconsciente, nunca para de pensar en él porque, obviamente, él es el centro de mi existencia, la razón por la que vivo y existo.
Pienso en un futuro próximo y me imagino con él, pienso en un futuro lejano, muy lejano, y me imaginó con él, pienso en el presente, y estoy con él… Pero no es obsesión, es amor.
No puedo explicar con palabras qué es esta enfermedad, sólo las causas: sonrisas, miradas, sentimientos, alegrías, lágrimas, perdones, soledad, felicidad…
Y es que no puedo vivir sin esa persona. Porque me encanta verle sonreír, porque necesito que sea feliz, porque me alegro cuando él se alegra, porque sus miradas siempre me ruborizan, porque cuando apenas me roza siento un escalofrío.
Vuelvo a sentarme enfrente de la vieja televisión, con la mirada perdida en la tarima. Sigo sin poder explicar lo que siento.

sábado, 17 de marzo de 2012

Tan solo son pensamientos...

Que pasará por esa cabeza; con ese pelo, esos ojos y esos labios resaltando una radiante sonrisa, cuando oye mi nombre? Yo tengo claro que pasa por mi mente cuando oigo el suyo.
El corazón acelera, va a 100 por hora, es algo incontrolable, mariposas en el estómago de todos los colores. Me tiemblan las piernas y una amplia sonrisa sale de mi boca. Son tantos sentimientos a la vez...
También imagino mi vida perfecta junto a el, no necesito nada, mi mente está en blanco, solo el y yo, juntos, para siempre. Añado algún paisaje, una playa. Estamos los dos en la playa tumbados, podría disfrutar de la puesta de sol, pero es mas bonito mirar sus hermosos ojos. Pero, como he dicho, solo son pensamientos. ¿Que si me gustaría que se hiciera realidad? Pues sí, de eso trata el amor, ¿No?.

pd: Te quiero

domingo, 11 de marzo de 2012

Ante todo, la felicidad.

Como dije en mi entrada anterior estoy enamorada, pero el corazón se cansa de esperar y sinceramente creo que ya no es lo mismo. Podría ponerme triste pero si te paras a pensar, piensas: ¿Por que debería estar triste? El amor es cosa de dos, el no siente lo mismo por mi y no puedo hacer nada al respecto. Ya no iré buscando a mi príncipe azul, verde, amarillo o rojo. Cuando llegue, llegará y no tengo prisas, puedo esperar. Pues soy feliz, y siempre lo soy. Soy optimista, mucho. Si algo no sale bien siempre trato de mirarlo todo desde otra perspectiva y acaba bien. Puedo definirme como una persona alegre, si estoy triste es porque realmente merece la pena. No soy de esas que se quieren morir si el amor no es correspondido. Pues mientras gente piensa en morir otra hace todo lo posible por seguir viviendo. Siempre me ha parecido una tontería, puedes estar muy triste pero NUNCA, JAMÁS digas eso, o al menos cuando esté yo delante. Volviendo a lo anterior, no le gusto he intentado hablar con el y no ha funcionado. No pasa nada, intentaré olvidarlo a pesar de que ya lo intenté otras veces y no resultó, pero se que esta vez podré ya que en medio año no he conseguido nada. Recordad esto:
Si estás triste no te hagas la olla con ese tema, agradece lo que tienes y como eres, porque por desgracia mientras tu tienes comida, internet, agua, ropa y estudios otros están en la calle posiblemente muriendo de frío (literalmente) y sin tener demasiadas cosas materiales puede que sean mas felices que nosotros.